domingo, 20 de noviembre de 2011

GENERALES DE LA PIZARRA

  El partido de anoche en Mestalla es de esos que todo espectador agradece cuando se pone frente al televisor, al igual que ocurriera con el Bilbao- Barça por ejemplo, nada que ver con esos partidos aburridos en los que las únicas dudas a despejar son cuantos goles serán capaz de hacer Madrid o Barça o si Messi y Cristiano anotarán en su haber un nuevo hat-trick. En estos tiempos en que los dos super gigantes del fútbol arrollan a todo aquello que se cruza en su camino, resulta gratificante ver un partido lleno de emoción y suspense como el de anoche, porque Soldado se empeñó en hacernos tener el corazón en un puño hasta el último suspiro. El duelo táctico que plantearon Mou y Emery fue una partida de ajedrez en toda regla, de la que sería injusto dar a uno como vencedor, los puntos se fueron a Madrid si, pero tiene mucho mérito el planteamiento de Emery que compartió en igualdad la posesión del balón, el número de ocasiones y casi los goles y los puntos. En lo que va de año, nadie ha sido capaz de rematarle tanto al Madrid, creo que ni siquiera el Barça en la Supercopa, por eso es muy “emérito” todo lo que hizo el técnico vasco. El día del Osasuna en el Bernabeu, le ví en el palco tomando notas junto a su ayudante, y a juzgar por lo visto ayer no perdieron el tiempo, y tomaron buena nota de la exhibición de Alonso, por eso ayer pusieron a Parejo para taponar la línea de pase que conectaba con el donostiarra, aún así Xabi volvió a hacer un partido notable y fue actor principal en el gol que abrió el marcador.
   El partido de ayer estaba señalado en el calendario del Madrid del mismo color que la indumentaria que empleó para jugarlo, y es que ahí de donde nadie ha salido victorioso esta temporada, y ahí donde el Barça rescató un punto casi sobre la bocina, era donde se iba a medir de verdad la credibilidad de este demoledor Madrid, mas aún llegando de medio mundo la mayor parte de la plantilla, y el medidor arroja un dato claramente positivo a pesar del resultado ajustado y del suspense final, que no debió ser tal, porque el Madrid solo se despistó cuando tenía el partido encarrilado y ganado, el gol de Ramos certificaba la victoria y la superioridad del Madrid como conjunto, pero el despiste confiado de Marcelo y la sangre en vena que metieron a Soldado siendo un niño en la antigua Ciudad Deportiva, hicieron que se desmontaran los planteamientos tácticos y se apelara a la épica en uno y otro bando, de hecho ni el gol picaruelo que anotó CR7 sirvió para aplacar los ánimos de un Valencia que nunca cejó en su empeño de tumbar la muralla madridista y que caprichos del destino, Higuain mantuvo en pié tumbado él en el suelo. Ahí acabó la lucha de dos ejércitos de legionarios, comandados magistralmente por dos Generales de la pizarra que sin ninguna duda darán muchas alegrías a sus respectivas aficiones, dos Generales firmes, férreos e implacables y a la vez majestuosos, afectuosos y hasta emotivos; dos Generales que cabalgan (Mou a lomos de Callejón) con paso firme camino de la gloria.

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