No voy a malgastar palabras esta vez para hacer comentarios sobre el partido del sábado ante el Racing, porque sería repetir lo mismo de semanas anteriores, falta de fútbol, de táctica, de espectáculo, etc, tampoco para pedir por vigésima o trigésima vez la destitución del técnico, y ni siquiera para hacer referencia a la apatía que se ha asentado en la zona noble del Bernabeu, donde los directivos esperan entre bostezo y bostezo que llegue el descanso para saborear los exquisitos canapés y mejores vinos a los que el Presidente Cántabro Revilla renuncia con tal de irse al 4º anfiteatro del fondo norte a pegar gritos con la afición de a pie mientras se fuma un habano de esos que dice “le regalan” porque con su sueldo actual tendría que robar para poder disfrutarlos.
El caso es que así, entre cosas intrascendentes y tal, el Madrid se ha encaramado a lo más alto de la tabla, parece mentira si, casi hasta imposible, pero es cierto. La duda que tenemos es si lo ha hecho por méritos propios o por demérito de los rivales, aunque algo es evidente, si a día de hoy es el que tiene mas puntos por algo será. Aquel Madrid que se derrumbó en Sevilla sin Cristiano, ha ido avanzando como un diesel de los antiguos, sin velocidad, sin reprise, pero sin parar, y eso le ha bastado para dar alcance y sobrepasar a los potentes motores de inyección de Barcelona y Sevilla. El Madrid tiene una ventaja sobre sus rivales y es el haberse mantenido ahí no estando ni al treinta por ciento de sus posibilidades cuando sus rivales ya han mostrado el cien por cien, con tan solo una leve mejora el Madrid puede dejar la Liga vista para sentencia al finalizar la primera vuelta, tiempo al tiempo.
Claro que mientras esto siga así tenemos Pellegrini para rato y nos vamos a aburrir la tira, con el agravante de que no habrá retos por delante; todos contábamos con ir al Campo Nuevo a asaltar el liderato para lo cual era necesaria la victoria, ahora para mantenerlo basta el empate, y viendo los gestos que el chileno hacía el sábado a sus jugadores para que durmieran el partido en el descuento, miedo me da la alineación que puede sacar el domingo, de hecho no me sorprendería que alineara tres centrales, cuatro laterales y tres medio centros, así seguro que el equipo mantiene el liderato y sigue sin “jugar bien ni mal”.
Sea como sea, el viento cambia de dirección y sopla a favor del Madrid y en contra de un Barcelona que hoy mismo (y no es una posibilidad remota) puede quedarse fuera de la Champions, el equipo de Guardiola solo ha sido capaz de empatar en sus tres últimas salidas (cuatro si contamos la de Kazán), los equipos ya no le tienen el respeto de antaño, y se atreven a crearle ocasiones, sus cracks no resuelven como antes y el juego aunque sigue siendo vistoso, equilibrado y basado en la posesión no tiene la fluidez necesaria para llevar peligro a la portería contraria. Por supuesto que tienen margen de mejora, pero mientras tanto el Madrid se le ha subido a las barbas, solo nos queda esperar que esta noche el Inter coloque la mecha, el domingo ya nos encargaremos nosotros de prenderla y hacer explotar las tri-ilusiones blaugranas.
El caso es que así, entre cosas intrascendentes y tal, el Madrid se ha encaramado a lo más alto de la tabla, parece mentira si, casi hasta imposible, pero es cierto. La duda que tenemos es si lo ha hecho por méritos propios o por demérito de los rivales, aunque algo es evidente, si a día de hoy es el que tiene mas puntos por algo será. Aquel Madrid que se derrumbó en Sevilla sin Cristiano, ha ido avanzando como un diesel de los antiguos, sin velocidad, sin reprise, pero sin parar, y eso le ha bastado para dar alcance y sobrepasar a los potentes motores de inyección de Barcelona y Sevilla. El Madrid tiene una ventaja sobre sus rivales y es el haberse mantenido ahí no estando ni al treinta por ciento de sus posibilidades cuando sus rivales ya han mostrado el cien por cien, con tan solo una leve mejora el Madrid puede dejar la Liga vista para sentencia al finalizar la primera vuelta, tiempo al tiempo.
Claro que mientras esto siga así tenemos Pellegrini para rato y nos vamos a aburrir la tira, con el agravante de que no habrá retos por delante; todos contábamos con ir al Campo Nuevo a asaltar el liderato para lo cual era necesaria la victoria, ahora para mantenerlo basta el empate, y viendo los gestos que el chileno hacía el sábado a sus jugadores para que durmieran el partido en el descuento, miedo me da la alineación que puede sacar el domingo, de hecho no me sorprendería que alineara tres centrales, cuatro laterales y tres medio centros, así seguro que el equipo mantiene el liderato y sigue sin “jugar bien ni mal”.
Sea como sea, el viento cambia de dirección y sopla a favor del Madrid y en contra de un Barcelona que hoy mismo (y no es una posibilidad remota) puede quedarse fuera de la Champions, el equipo de Guardiola solo ha sido capaz de empatar en sus tres últimas salidas (cuatro si contamos la de Kazán), los equipos ya no le tienen el respeto de antaño, y se atreven a crearle ocasiones, sus cracks no resuelven como antes y el juego aunque sigue siendo vistoso, equilibrado y basado en la posesión no tiene la fluidez necesaria para llevar peligro a la portería contraria. Por supuesto que tienen margen de mejora, pero mientras tanto el Madrid se le ha subido a las barbas, solo nos queda esperar que esta noche el Inter coloque la mecha, el domingo ya nos encargaremos nosotros de prenderla y hacer explotar las tri-ilusiones blaugranas.
