Reconozco que esta mañana me he visto sorprendido por la noticia que adelanta que Michel Salgado abandona el Real Madrid hoy mismo. No me hubiera sorprendido a primeros de Julio, ya que parecía evidente que Michel se buscaría la retirada en un país oriental, pero lo cierto es que lo han mantenido en el club hasta que ha llegado Arbeloa. Personalmente no me gusta que Michel se vaya así del Madrid, lo honesto hubiera sido llegar a un acuerdo para la rescisión de su contrato antes, y luego presentar a Arbeloa como recambio al incombustible dos de las Rías Baixas; “Antes de entrar dejen salir”.
Michel, durante los diez años que llevas en esta Casa Blanca, la tuya, has defendido el escudo con honor, has sudado la camiseta con esfuerzo y has demostrado madridismo con orgullo. Cogiste el relevo de gente como Chendo y Quique, y nunca defraudaste, porque para ti lo primero siempre fue el bien del Madrid, pasarás a la historia de este club como uno de sus grandes laterales, pero sobre todo como una gran persona y un gran madridista. Nunca olvidaremos tus conexiones con Figo por la banda derecha ni tus internadas en el área por la línea de fondo con tu rubia melena suelta al viento, ni tu indomable carácter para hacer que en el campo se respetara a tu equipo, a tus compañeros y a ti mismo. Será difícil volver a ver las bandas del Bernabeu tan bien defendidas por ti y tu homólogo en estatura Roberto Carlos. Por todo eso, aunque todos sabíamos que este día tenía que llegar si o si, contigo se marcha una bandera, se marcha un signo de identidad, aún nos quedan tus amigos Raúl y Guti, irreductibles guerreros de una generación de Gloria Blanca, solo espero que los Granero, Ramos, Albiol, Arbeloa y Negredo sepan seguir vuestros pasos para que la llama que ilumina el espíritu de este equipo siga viva por los siglos de los siglos. Michel, GRACIAS.
Michel, durante los diez años que llevas en esta Casa Blanca, la tuya, has defendido el escudo con honor, has sudado la camiseta con esfuerzo y has demostrado madridismo con orgullo. Cogiste el relevo de gente como Chendo y Quique, y nunca defraudaste, porque para ti lo primero siempre fue el bien del Madrid, pasarás a la historia de este club como uno de sus grandes laterales, pero sobre todo como una gran persona y un gran madridista. Nunca olvidaremos tus conexiones con Figo por la banda derecha ni tus internadas en el área por la línea de fondo con tu rubia melena suelta al viento, ni tu indomable carácter para hacer que en el campo se respetara a tu equipo, a tus compañeros y a ti mismo. Será difícil volver a ver las bandas del Bernabeu tan bien defendidas por ti y tu homólogo en estatura Roberto Carlos. Por todo eso, aunque todos sabíamos que este día tenía que llegar si o si, contigo se marcha una bandera, se marcha un signo de identidad, aún nos quedan tus amigos Raúl y Guti, irreductibles guerreros de una generación de Gloria Blanca, solo espero que los Granero, Ramos, Albiol, Arbeloa y Negredo sepan seguir vuestros pasos para que la llama que ilumina el espíritu de este equipo siga viva por los siglos de los siglos. Michel, GRACIAS.
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