Hoy se cumplen 21 años de la muerte de Juanito. Por el
simple hecho de nacer en 1978, los recuerdos que mi memoria tiene de él jugando
con el Madrid no son muy amplios, aunque la carpeta “Juanito” de mi disco duro,
si que ha ido recopilando información a lo largo de los años, bien por
reportajes, por crónicas o relatos que he ido escuchando a la gente. Juan era un genio, uno de esos tipos que nunca
pasan desapercibidos por la vida, un tipo de carácter fuerte pero también lleno
de bondad, chuleta y orgulloso pero a la vez humilde; un tipo que moría por sus
compañeros y por su Real Madrid, un tipo capaz de montarle a Valdano en el
campo la de Dios es Cristo y de repente abrazarlo con desmesurado cariño en el
túnel de vestuarios, un jugador capaz de encender a un estadio entero a base de
actitud, coraje y cojones; es por todo eso y mucho más que Juanito es el único
jugador de la historia al que se recuerda partido tras partido en un campo de
fútbol ininterrumpidamente durante estos 21 años y los que seguirán.Porque en definitiva lo que Juanito
representaba eran los valores del Madrid, sí sí, VALORES, esos de los que tanto
se habla en los últimos tiempos, pues bien, ahí tienen los madridistas y no
madridistas un icono de los valores verdaderos, que no son otros que la lucha,
el carácter y el dejarte la piel por el escudo.
Ya sé que muchos recordarán que le pisó la
cabeza a Lothar Matthaus, sí, lo hizo, en un ataque de furia por vengar la
brutal patada que del alemán recibió su compañero Chendo, y de lo que se
arrepintió a los dos segundos, de ese acto provocado por su “yo malo” como él
mismo dijo, nunca se sintió orgulloso, ni él ni el madridismo, pero Dios sabe
que lo hizo por defender a un compañero, por defender con gallardía el escudo
del Real Madrid al que tanto amaba.
Juanito defendió el
escudo del Madrid cuando el fútbol era fútbol, cuando se luchaba por cada balón
como si te fuera la vida en ello, nada que ver con la gimnasia artística o el
baile de salón que pretenden vendernos hoy en día; cuando se acongojaba al
eterno rival en el túnel de vestuarios, no como ahora que todo son besitos,
abrazos y arrumacos; cuando la prensa deportiva se limitaba a hacer crónicas de
los partidos en vez de jugar a ser directivos, entrenadores y hasta pastores
espirituales, en definitiva, cuando Noventa minuti en el Bernabéu eran molto
longo. “Hay que subir el balón, que Juanito la prepara, que Juanito la prepara……….”
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