miércoles, 3 de junio de 2009

ETO´O

Hace algunos años, el Real Madrid brindó a Samuel Eto´o, la oportunidad de acceder por la puerta principal al fútbol europeo, de hecho, hasta tiene en su palmarés una Intercontinental que “ganó” formando parte de la plantilla madridista. Después de idas y venidas, se estableció de forma mas o menos definitiva en Mallorca, a la espera de que el Real Madrid le llamase para ser el nueve. Pero eso no sucedió, principalmente porque no supo esperar su momento, porque su corazón se llenó de rencor hacia la que había sido casa, en la que pasó de ser un niño a ser un hombre. Pudo elegir muchos destinos aquel verano de 2004, entre ellos Londres, donde hubiera formado parte del todopoderoso Chelsea de Abramovich, pero ese rencor del que antes he hablado, le hizo elegir el Barcelona, con la única intención de fastidiar al Madrid, en un claro mensaje de si tu no me quieres me voy a tu eterno rival para hacerte daño. Samuel, a los madridistas nunca nos has hecho daño (pese a tus intentos) y creo que de haberlo conseguido, nada te hubiera solucionado en la vida. Si hubieras escogido otro destino, la misma puerta por la que entraste a Europa habría estado siempre abierta para ti, pero te equivocaste.
Tus éxitos con el Barcelona nadie te los niega, porque tu has contribuido de forma muy directa y relevante a la consecución de los mismos con tus goles, ¿Y como te lo agradecen? Siendo despreciado y desahuciado el pasado verano, por la misma directiva y el mismo entrenador que el pasado 27-M te abrazaban en Roma. De eso, solo ha pasado una semana, y de nuevo te vuelven a dar la espalda, de nuevo quieren librarse de ti a toda costa intentando incluirte en alguna operación. Parece mentira Samuel, que después de tantos años en España, aún no sepas como se las gastan esos de ahí arriba, lo que ahora te hacen a ti, lo han hecho siempre con los grandes jugadores que han tenido. La equivocación que cometiste te acompañará toda tu vida, gracias a ella, nunca sabrás lo que es ganar títulos con el equipo de tus amores, nunca escucharás un estadio coreando tu nombre con el corazón, en definitiva, te quedarás solo con tus títulos y tu rencor, vagarás de equipo en equipo buscando las últimas pesetas antes de tu retirada. Al madridismo no le inspiras odio ni rencor Samuel, solo pena porque jamás alcanzarás la verdadera gloria, esa que solo se alcanza en el lugar donde tu tienes cerradas las puertas.

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