A día de hoy resulta ya muy poco original felicitar a los barcelonistas por sus triunfos, y mucho menos original aún, resaltar y ensalzar el buen juego del Barcelona, que como todo el mundo sabe, ayer se proclamó Campeón de Europa pasando por encima del Manchester durante ochenta minutos, porque en los diez primeros sufrieron ante las embestidas de un impetuoso equipo, comandado por Cristiano Ronaldo, que rondó el gol hasta en tres ocasiones de cierta claridad, pero que se descompuso y se vino abajo, cuando entre Iniesta y Etoo desarmaron la línea de defensa británica.
Ayer, hice hincapié en que el Manchester vestiría de blanco, que no debían olvidarlo, pero lo olvidaron, Alex Fergusson, curtido en mil batallas, y encontrándose a las puertas de Roma con su ejército, no supo vencer. Me recordó a Aníbal, el gran estratega cartaginés que llegó a esas mismas puertas hace mas de dos mil doscientos años, habiendo hecho tambalear los cimientos del Imperio Romano tras vencerle en las batallas del Lago Trasimeno y Cannas, pero que no tuvo la determinación para atacarlo y derrotarlo de forma definitiva. Después, fue llamado de nuevo a Cartago, donde tras llegar con su ejército mermado y debilitado, claudicó en la batalla de Zama ante Escipión el Africano. Ayer, eso fue el Manchester, un ejército dispuesto para la victoria al que su General confundió escogiendo mal la estrategia.
Sobre el Barça, solo me surge una pregunta, ¿Y ahora qué? Durante toda la temporada han demostrado que han sido mejores que nadie, y que han hecho las cosas rayando la perfección, lo cual les ha llevado a ganar las tres competiciones en las que participaban. Cuerpo técnico y jugadores son uno solo, la armonía del vestuario es total, pero los problemas van a surgir a la hora de proponerse objetivos de cara a la próxima temporada, y a la hora de dar dos o tres bajas que parecen seguras, las cuales habrá que cubrir con nuevas incorporaciones que pueden cambiar (o no) la estabilidad del grupo.
La física es categórica, todo lo que sube baja, y cuando estás en lo mas alto, solo te cabe esperar la caída, y que esta sea lo menos estrepitosa posible. Cuando eso suceda, ahí estará el Madrid para cercenar la rama a la que pudieran sujetarse, y no nos temblará la mano como a Fergusson, porque nosotros, nunca olvidamos que somos los que verdaderamente vestimos de blanco. Larga vida al Rey de la Copa de Europa, Larga vida al Real Madrid.
Ayer, hice hincapié en que el Manchester vestiría de blanco, que no debían olvidarlo, pero lo olvidaron, Alex Fergusson, curtido en mil batallas, y encontrándose a las puertas de Roma con su ejército, no supo vencer. Me recordó a Aníbal, el gran estratega cartaginés que llegó a esas mismas puertas hace mas de dos mil doscientos años, habiendo hecho tambalear los cimientos del Imperio Romano tras vencerle en las batallas del Lago Trasimeno y Cannas, pero que no tuvo la determinación para atacarlo y derrotarlo de forma definitiva. Después, fue llamado de nuevo a Cartago, donde tras llegar con su ejército mermado y debilitado, claudicó en la batalla de Zama ante Escipión el Africano. Ayer, eso fue el Manchester, un ejército dispuesto para la victoria al que su General confundió escogiendo mal la estrategia.
Sobre el Barça, solo me surge una pregunta, ¿Y ahora qué? Durante toda la temporada han demostrado que han sido mejores que nadie, y que han hecho las cosas rayando la perfección, lo cual les ha llevado a ganar las tres competiciones en las que participaban. Cuerpo técnico y jugadores son uno solo, la armonía del vestuario es total, pero los problemas van a surgir a la hora de proponerse objetivos de cara a la próxima temporada, y a la hora de dar dos o tres bajas que parecen seguras, las cuales habrá que cubrir con nuevas incorporaciones que pueden cambiar (o no) la estabilidad del grupo.
La física es categórica, todo lo que sube baja, y cuando estás en lo mas alto, solo te cabe esperar la caída, y que esta sea lo menos estrepitosa posible. Cuando eso suceda, ahí estará el Madrid para cercenar la rama a la que pudieran sujetarse, y no nos temblará la mano como a Fergusson, porque nosotros, nunca olvidamos que somos los que verdaderamente vestimos de blanco. Larga vida al Rey de la Copa de Europa, Larga vida al Real Madrid.