A mi modo de ver, la jornada que ha pasado nos ha dejado
muchas conclusiones, entre las que destaca una por encima de todas, y es que la
Fe mueve montañas, bueno la fe y como diría Tony Montana, los cojones que para él
es lo único que ordena y manda. Solo así tiene explicación que un equipo
modesto, bueno, pero modesto como el
Levante se haya encaramado a lo mas alto de una clasificación que por calidad y
presupuesto deberían liderar Madrid o Barça, y aunque será difícil que puedan
mantenerse ahí mucho tiempo, de momento están dando a todos una lección de carácter
y profesionalidad. La fe movió también al Madrid el sábado en Málaga, sobre la
cuál asentó un gran triunfo tumbando al Málaga con cuatro uppercuts que
desencajaron la mandíbula de Pellegrini y despejaron cualquier duda, si es que
existía; y es que el Madrid fue en La Rosaleda una apisonadora que no dejó en
pie nada de lo que encontró a su paso durante cuarenta y cinco minutos, el
ejercicio de presión que hicieron los de Mou no rozó la perfección, fue perfecto,
y mantuvo al Málaga asfixiado e incapaz de mover el balón mientras Cristiano
percutía una y otra vez su portería. No obstante esto no debe ser motivo de
extrañeza ni de excesiva alabanza, mas bien lo contrario, eso es lo que se
espera de este equipo por su calidad, pero sobre todo por su escudo, porque la
garra, lucha, ambición y verticalidad mostrada el sábado si corresponden con la
seña de identidad de este club. Al margen de esto, un modesto consejo a Mou:
Mister, olvídese usted de Carvalho, es bueno si, pero téngale usted como
recambio de lujo en el banquillo y mantenga a Ramos al lado de Pepe, porque con
el ahí el equipo gana muchos enteros.
Y el último
ejercicio de fe de la jornada tuvo lugar en el campo nuevo aquel de allí arriba,
en la fe que Javi Varas tuvo para salir con su puerta a cero ante el asedio de
los Messi y compañía, a los que dejó con la miel en los labios en el último
minuto, segundo o suspiro, (llámenlo como quieran) atreviéndose a pararle un
penal al mismísimo Messi, vamos a ver por donde le sale la osadía, porque provocarle
esos escozores a Villar puede tener consecuencias nefastas. Justo lo contrario
que Iturralde, tipo que no debe preocuparse por su trasero, ¿o si? Quizá debió
inventarse antes el penalti para que hubiese tiempo de inventarse un segundo, a
fin de cuentas por eso le designaron para el partido, para que el Barça no
corriera riesgos, de hecho bien claro lo dijo Guardiola en sala de prensa, “Hemos
hecho todo lo que se podía hacer para ganar”, pues eso, aunque esta vez todo no
fue suficiente porque ya se sabe, la fe mueve montañas…