viernes, 13 de agosto de 2010

HASTA SIEMPRE MAESTRO GUTIÉRREZ

Hace ya tiempo José María que tengo estas palabras en mi mente, pero hasta ahora no encontré el momento preciso para escribirlas, probablemente porque con tu marcha una de las llamas que iluminan mi madridismo se ha apagado para siempre, y no he podido o querido admitirlo hasta que el domingo pasado te vi jugar con una camiseta blanquinegra que no era la nuestra.
Tú eres uno de esos tipos que jamás dejó indiferente a nadie Guti, para bien o para mal tu eres tu, y eso te ha granjeado afectos y odios casi a partes iguales, de hecho, creo que ese es el precio que pagáis los genios, vivís constantemente en el alambre que separa al triunfo y al fracaso, y solo cuando no estáis se os reconoce lo bueno, mientras que cuando estáis se os magnifica lo malo, o simplemente lo menos bueno. Para mi siempre estuviste y estarás en el lado del triunfo Guti, jamás tuve un motivo para molestarme, o para recriminarte algo, sencillamente porque te entiendo, sencillamente porque el hombre es imperfecto y porque se que el escudo del Madrid está tatuado en tu corazón desde que hace muchos años, desde muy pequeñito comenzaron a llamarte “Pequeño Schuster”.
Me vienen a la mente muchas frases de célebres personajes, pero en torno a tres de ellas quiero centrar este texto, porque resumen el pensamiento que siempre tuve, tengo y tendré de ti. Decía Friedrich Nietzsche (filósofo alemán) “El gran estilo nace cuando lo bello obtiene la victoria sobre lo enorme”, pues bien, nadie mejor que tu ha representado esa apreciación en el Santuario de Concha Espina, a tu lado han estado durante quince años los mejores jugadores del mundo, y curiosamente todos se rindieron a la belleza de tu fútbol cuando ellos representaban la enormidad. Tu zurda, sedosa y pausada, ha creado un gran estilo José, un estilo único e irrepetible que ha ganado la batalla a todo lo demás, y que se percibirá por siempre en forma de aroma en el Santiago Bernabeu. Hay otra que dice “Quitad de los corazones el amor por lo bello y habréis quitado todo el encanto a la vida” (Jean Jacques Rousseau), ese es el sentimiento que a mi me queda con tu marcha, en el vestuario del Madrid no queda ya amor por lo bello, así que difícilmente podremos encontrar encanto, encontraremos profesionalidad, competitividad e incluso éxito, pero dejaremos de percibir ese aroma mágico, casi sideral que tu presencia daba a nuestro equipo. Aunque como decía Leonardo da Vinci, “La belleza perece en la vida, pero es inmortal en el arte”, así que me voy a agarrar a ese clavo ardiendo, para decirte que siempre te recordaré como un artista, jamás olvidaré tus pases con tiralíneas, tu verticalidad y tu capacidad para ver el hueco donde solo hay obstáculos, y que doy gracias al altísimo por haber podido disfrutar de ti. Mientras el mundo sea mundo, te prometo que siempre habrá alguien que recordará tus “perlas” al Sevilla o el taconazo de Riazor, entre otras muchas cosas, tu grandeza y tú camináis juntos de la mano, así que mucha suerte para engrandecerla allí a donde vayas hermano.

lunes, 9 de agosto de 2010

EL ESPÍRITU DEL 7

Estos últimos días han sido sin duda los más traumáticos en la vida de un madridista de corazón, días difíciles de digerir, días imposibles de olvidar. En lo que a mi respecta, días en los que ni siquiera tenía fuerzas para escribir, y solo el refugio vacacional en compañía de mi familia ha hecho que el sentimiento de amargura se tornase en momentos felices. Señoras y señores, madridistas todos, el Real Madrid que todos conocimos, del que todos nos enamoramos desde pequeños murió el pasado día 26-J. Seguramente ese mismo día nació uno nuevo, quizá tan grande como el otro (el tiempo lo dirá) pero con distinta esencia, pero en fin eso es algo que abordaremos en otro momento.
Se ha muerto el Real Madrid decíamos, se ha muerto porque se separó de su cuerpo el último órgano vital que le mantenía con vida desde 1902, aproximadamente a las 14:30 de ese ya legendario 26-J se produjo el óbito en el santuario mundial del fútbol, allí donde los sueños se han convertido en realidad, esta vez se consumó la pesadilla, el peor de los presagios, el corazón del Madrid era definitivamente alejado de su sitio para siempre sin posibilidad alguna de ser reemplazado por otro de iguales condiciones. Desde la fundación del club, hicieron falta casi cien años para que se forjase en el cuerpo y mente de un jugador el adn del Madrid, Raúl cogió un poco de cada uno de los grandes jugadores que hicieron a este el club mas glorioso de la historia del fútbol, lo unió todo y se puso a la cabeza de aquellos que llevaron gloriosamente la bandera del Madrid. Ahora el “7”, nuestro “7”, se ha marchado, y el club no ha tenido la mas mínima decencia para dedicarle una despedida como merecía, al igual que la afición, que llenó el estadio para recibir a Cristiano, y solo unos pocos acudieron a despedir a una leyenda, a lo mas grande, puro y honesto que ha tenido esta casa. Pero los madridistas de verdad nunca te olvidaremos “Rulo”, ni siquiera te despedimos porque sabemos que no muy lejos llegará el día en que vuelvas por la puerta grande a tu casa, yo y muchos, entendemos tu marcha, aunque no la deseábamos, tu eres futbolista, y se que necesitas sentirte como tal, por eso has emprendido viaje rumbo a Alemania, en vez de quedarte a rascar unas pesetas a “Tito Floren”. El madridismo va contigo allá donde tu vayas Raúl, desde ahora el Schalke es nuestro equipo también, así que la mayor de las suertes en esta aventura que comienzas con la misma ilusión que aquel día en que Valdano te puso el “17” a la espalda en Zaragoza.
Entre tanto queridos madridistas, en estos momentos difíciles, solo nos queda unirnos en torno a nuestro escudo y gritar un fuerte ¡HALA MADRID!, a sabiendas de que de ahora en adelante el espíritu de Raúl se unirá al de Juanito, y juntos sobrevolarán el Bernabeu en lo que a partir de ahora yo llamaré “El Espíritu del 7”.